La situación de alarma sanitaria que estamos viviendo ha afectado de lleno en nuestras vidas. Ha cambiado nuestra manera de trabajar, de relacionarnos, nuestra rutina y sobre todo ha cambiado el concepto que teníamos de hogar.
De la noche a la mañana nuestra casa se convirtió en nuestro refugio, donde pasamos todo el día y realizamos muchas actividades. Esta situación nos ha obligado a ver la importancia de adaptar nuestros hogares a esas nuevas necesidades que han definido las tendencias en decoración e interiorismo post Covid-19.
Los espacios de tendencia post Covid-19 se adaptan a la multitarea, están más conectados con el exterior, son más sostenibles, donde prima la comodidad, sin perder de vista la estética.
Colores que conectan con la naturaleza
El color tiene un gran poder sensorial y emocional, y su aplicación en el interior de nuestro hogar suele definir nuestro estilo de vida.
El color blanco acompañado de tonos naturales y terrosos como el arena, el terracota, el marrón o el verde, se han convertido en los revestimientos de tendencia favoritos de interioristas y diseñadores para transmitir esa serenidad tan necesaria y trasladarnos al exterior tan ansiado.
Ilumina con los tonos blancos
Utilizar el color blanco como revestimiento es una manera de conseguir sensación de amplitud y luminosidad.
La luz natural cobra esencial importancia y el blanco ayuda a irradiar y multiplicar esta luz de forma indirecta, ya que puede reflejar hasta el 96% de las ondas lumínicas, consiguiendo un ambiente más ligero y acogedor.
Los tonos verdes nos acercan a la naturaleza
El color verde ha inundado nuestros hogares. Ya sea en forma de plantas, elementos decorativos o accesorios. Una casa llena de verde irradia, al mismo tiempo, calor y frescura. Asociado a la salud y a la vitalidad, es el color que nos hace respirar naturaleza allí donde lo utilicemos. Ideal para llenar de armonía y equilibrio los interiores.
Lo rústico ha vuelto
Últimamente han aumentado las reformas en segundas residencias y en casas de campo. Este impulso viene marcado por las ganas de trasladarse a un lugar más en contacto con la naturaleza y el aire libre. Casas con jardín, grandes terrazas y un marcado estilo rústico cálido y agradable que invita al relax.
El barro desgastado, la cerámica con bordes irregulares y aspecto artesanal, son algunos recursos que recuperan esta tendencia natural que se abre camino en el interiorismo más rural.
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